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Asociación Red Nacional de Infértiles

Dos semanas parecen poca cosa. La dichosa betaespera…

Dos semanas parecen poca cosa, ¿verdad? Dos semanas para una boda son un abrir y cerrar de ojos; con dos semanas de vacaciones no acabas de desconectar y en dos semanas de régimen no pierdes ni un kilo…  Y es que acostumbran a pasar rápido con el trajín que llevamos tod@s en el día a día. Pero está claro que la cosa cambia cuando estas semanas son las que vienen detrás de un tratamiento de fertilidad, la llamada betaespera. Estos 15 días se convierten en los más largos y tediosos del mundo mundial!

Después de unos días de visitas, medicación, nervios… llega el vacío. Toca esperar, no hay más remedio. No podemos hacer más.

Vives intentando no comerte ni la cabeza y ni las uñas (por si no las teníamos comidas ya durante la búsqueda “natural” en casa…), pasando las horas con más o menos distracciones y capacidad de autocontrol de las emociones. Y es que en estas dos semanas pasas por un abanico de sentimientos que salen a la superficie a ratos; una montaña rusa de emociones difícil de controlar: sales contenta de la clínica pero quizás en una hora ya estés angustiada por si no ha ido bien… y llegas al trabajo, te animan y piensas, “¡quizás esta vez sí, me lo merezco!” pero por la noche ya no lo ves tan claro… Y es que el análisis de hormona HCG se hace esperar muuuucho! ( Y por cierto, con el miedo que le tengo yo a las agujas y he esperado estos análisis como si no hubiera un mañana!).

Aunque cada cuál pasa estos días como puede y como sabe, os quiero dar unas ideas por si os pueden ir bien. La cuestión principal es planificarse la betaespera como si fueran unas mini vacaciones. Eso sí, os recomiendo que os organicéis las dos semanas de espera antes del tratamiento… que después, con la revolución interior que tendréis, quizás no os vengan ideas a la cabeza y acabéis en casa delante de la tele un montón de horas para no tener que pensar mucho. A lo que iba, algunas ideas:

– Aunque durante los tratamientos la economía no esté del todo boyante, guardaros un rinconcito para gastaros en algo que os apetezca: ropa, zapatos o una buena cena o un cine; lo que sea pero pensad que os merecéis un regalo por ser tan valientes y aguantar tanto. Pensad como os lo quieres gastar, qué día y con quién iréis… aunque parezca que no, amigas sin barriga y sin hijos también quedan.

– Utilizad mantras, frases positivas (con convicción, porque sino no sirven mucho…). Poneros un papel (de color que siempre es más bonito) con una frase animosa (Ej: “tú vales mucho, guapa”, “eres muy fuerte, esto no lo aguanta cualquiera”) encima de la mesilla de noche, encima de la mesa del trabajo o en el plato de la ducha si queréis… llenad vuestra casa de notitas que os den fuerza para luchar cada día por vuestro sueño. Sé que en algún momento querréis tirarlas todas a la basura porque estaréis hartas de todo… pero intentad aguantar, de verdad que en algún momento os servirán.

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– Escribid para desahogaros…en forma de diario o en un papel reciclado que tengáis por ahí, da igual, pero escribid todo lo que sentís, todas vuestras esperanzas y miedos…que no se queden solo en la cabeza que hacen daño. Incluso podéis escribir a vuestro futuro bebé, explicándole que se va a encontrar. Describidle a su  papá, a su familia, a su mascota… todo lo que queréis que sepa.

– Si podéis pedir libre en el trabajo el día del tratamiento, hacedlo. Y si el fin de semana podéis iros a dar una vuelta, iros…lo peor que se puede hacer es hundirse en la rutina, que generalmente no nos motiva mucho. Y no digo ir de viaje como siempre nos recomiendan porque seguramente nuestra cartera no lo permite. Escapadas tipo picnic, excursión…que con unos bocatas lo tengáis arreglado.

– No os obsesionéis en hacer reposo, sólo beber agua o vigilar de no comer según qué… sé que es más fácil de decir que de hacer, pero intentad pensar que las parejas que se quedan sin pensarlo… seguro que han seguido comiendo y bebiendo lo que les parecía y bailando todo el fin de semana sin preocupaciones.

– Aprovechad para hacer cosas pendientes. Por ejemplo, si os gusta leer, escoged un par de libros para empezar durante la betaespera. Si puede ser que sea alguno de estos que hace tiempo que teníais ganas de leer. Que os lo dejen, lo compráis o iros a la biblioteca más cercana a mirar qué tienen y que os apetece leer.  O poneros un ciclo de películas o series de tal autor, de tal personaje, de tal temática…como hacemos cuando estamos a punto de irnos de vacaciones. El “haré esto, haré lo otro”, pues hacedlo ya.  Pintad, dibujad, plantad flores…lo que sea. Estas dos semanas son solo para vosotras, mimaros.

– Mimad también a vuestra pareja, mimaos mutuamente. Aunque normalmente las parejas (hombres) tienen su forma particular de aguantar la betaespera, diferente a nosotras,  seguro que bien no lo está pasando con todo eso… Así que después de la búsqueda natural (que seguramente os ha hecho un poco de daño de pareja) es un buen momento para hacer cosas juntos, buscar momentos. Pensad que ahora ya no os cae todo el peso de la búsqueda encima, ahora ya tenéis ayuda externa y podéis disfrutar de la sexualidad por gusto y no por “obligación”.

Unas cuantas ideas que a mi me ayudaron a salir adelante, aunque no es nada fácil. A mi me sirvió planificarme las dos semanas de espera como si de unas vacaciones (aunque sean mentales) se tratase. Si lo dejas todo para cuando ya estés en la betaespera puede que no haya nadie disponible con quien quedar, ninguna posibilidad de ir a buscar un buen libro a la biblioteca o de ver esa película que querías ver.

¿Tenéis más ideas?

M.