La Sociedad Española de Fertilidad (SEF) ha hecho público estos días un documento en el que se posiciona sobre la normativa que regula el anonimato en la donación de gametos. Y lo ha hecho de una manera más que contundente: “Si España aboliera el anonimato en la donación de gametos, se pondría en peligro el proyecto reproductivo de muchas mujeres”.
¿Es favorable para la medicina reproductiva? ¿Qué consecuencias médicas, biológicas, éticas, jurídicas o sociales podría conllevar abolir ese anonimato? El debate está encima de la mesa en estos momentos ya que algunos grupos e instituciones europeas y españolas, están planteando esa posible abolición del anonimato.
Según la SEF, un tercio de los tratamientos que se hacen en nuestro país son con donación de gametos. Además, España es un país muy comprometido tradicionalmente con la donación biológica. Los centros españoles abastecen, además de a los ciudadanos españoles, también a un alto porcentaje de extranjeros (20%, según datos de la SEF). Muchas parejas inglesas se desplazan hasta España precisamente porque en su país está abolido el anonimato desde 2005 y actualmente existen carencias importantes de gametos por la reducción de donaciones.
Descenso de donantes
Esa es una de las principales consecuencias directas de la abolición del anonimato en la donación, según apunta este documento. Los donantes se reducirían por la preocupación de que se desvele su identidad, lo que conllevaría una reducción de donantes y que forzaría a muchas familias a buscarlos en otros lugares.
Recordemos que actualmente, la normativa española en Reproducción Asistida defiende el anonimato en la donación de gametos, con la única excepción de salvaguardar la vida y la salud de los hijos nacidos de las técnicas, por lo que se podría considerar un sistema flexible, tal y como apuntó el abogado de la SEF, Fernando Abellán.
¿Ventajas para las partes de la abolición del anonimato en la donación de gametos?
Este es otro de los puntos que aborda la comunidad científica, que afirma que no se están teniendo en cuenta los posibles impactos legales, psicológicos o éticos de conocer la identidad de la persona que donó una célula para que sus padres pudieran consumar su proyecto reproductivo. Para la psicóloga de la SEF, Montse Rosa, “el apego se realiza en las primeras etapas de la vida. Su establecimiento de una manera sana da lugar a una identidad adecuada,
Si el rol parental se ve amenazado por la figura del donante, puede conllevar consecuencias negativas para la familia”.
Estas son algunas de las principales reflexiones que recoge la comunidad científica de SEF en ese documento. Esperamos que abra un profundo debate en el que todas las partes implicadas en la RA sean tenidas en cuenta antes de tomar decisiones legales.
¿Y vosotros, qué pensáis?
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