Nadie esperaría que la semilla de una planta creciera sin luz y agua, se entienden como factores esenciales en el proceso de germinación. Los seres humanos, aun siendo seres vivos mucho más complejos, nos basamos en lo mismo; necesitamos el sustento básico que nos proporciona el vientre materno para poder desarrollarnos.
Además del encuentro entre gametos, es vital que entre la madre y el embrión se den las interacciones adecuadas. Estas interacciones se dan en la intimidad del endometrio. El endometrio es la capa de tejido que recubre el útero y es ahí donde el embrión, en estadio de blastocisto (nuestro formato condensado de apenas 200 células), debe “anidar” para poder comenzar su desarrollo y que avance la gestación.
Aunque hay un período en el ciclo, determinado por los científicos y los médicos, en el que el endometrio es receptivo, no es así para todas las mujeres. La ventana de la receptividad endometrial a veces puede verse desplazada en algunos casos. Luego está la microbiota, no siempre es la más óptima para recibir al embrión. Sobre estos y otros obstáculos reproductivos conversamos en un nuevo podcast con el profesor Carlos Simón, fundador de Igenomix, en busca a la solución al fallo de implantación en pacientes infértiles.
¿Qué se considera fallo de implantación?
En ocasiones, aunque se haya producido la fecundación puede no lograrse el éxito reproductivo porque el embrión, por algún motivo, no llega a implantarse en el útero materno. Se considera fallo de implantación recurrente cuando se ha llevado a cabo la transferencia de embriones sanos repetidas veces y no han logrado implantarse. Un porcentaje de estos fallos de implantación es debido a que los embriones presentan alteraciones cromosómicas. Cuando se transfieren embriones sanos, que han sido sometidos a diagnóstico genético, estos fallos son debidos al factor endometrial.
¿De qué manera influye el factor endometrial?
A nivel del endometrio es muy importante tener en cuenta dos aspectos: su receptividad endometrial y la composición de la microbiota endometrial.
El endometrio pasa por diferentes fases a lo largo del ciclo menstrual. Es en una de esas fases en las que se alcanza el momento óptimo para la implantación del embrión, decimos entonces que el endometrio se encuentra receptivo. El ciclo menstrual está controlado por cambios en las concentraciones de las hormonas progesterona y estrógenos. El pico de receptividad, es decir, la denominada “ventana de implantación” suele darse a los 5 días de la presencia de la progesterona. Esta progesterona se produce naturalmente debido a la ovulación o puede ser administrada cuando una paciente se está sometiendo a un tratamiento de reproducción.
La ventana de implantación dura unas 40 horas y es el momento idóneo para realizar la transferencia. En ocasiones, la mujer puede presentar esta ventana de implantación desplazada. Esto ocurre, como nos explica el Profesor Carlos Simón, en un 30% de las pacientes. Su momento óptimo no se da pasados esos 5 días sino en los dos días previos o posteriores. Eso explica que el protocolo con el que se procede de manera estándar no esté dando resultados, incluso si el embrión es sano, el endometrio no se encuentra en condiciones óptimas para albergarlo.
Por este motivo, tras repetidos fallos de implantación, está indicado la realización de un test de receptividad endometrial, el test ERA, que mediante un análisis genético a partir de una pequeña biopsia de tejido endometrial permite determinar en qué días específicamente se encuentra “abierta” la ventana de implantación de la paciente. Con los resultados obtenidos, se realiza una transferencia embrionaria personalizada.
Por otro lado, la composición del microbioma endometrial también puede ser un factor limitante en el proceso de implantación. El cuerpo humano se compone de un mayor número de bacterias que de células, por lo que estos microorganismos resultan esenciales para que podamos cumplir adecuadamente con nuestras funciones fisiológicas. Este aspecto resulta sencillo de comprender a nivel del aparato digestivo, con la microbiota intestinal, que digiere y absorbe los nutrientes. A nivel endometrial puede parecer un poco más abstracto pero hace unos años se descubrió que sucedía algo similar y que las bacterias afectan a la fertilidad.
Determinados microorganismos patógenos pueden hacer del endometrio un entorno hostil y producir incluso infecciones crónicas. Pero no es solo importante evaluar la microbiota endometrial para comprobar la presencia de patógenos, sino que es importante asegurar que la flora microbiana en general no se encuentra alterada. Actualmente, existen diferentes test que permiten conocer las distintas poblaciones bacterianas que la integran.
La información es poder y en esta era de datos que habitamos los avances en ciencias de la salud van encauzados hacia la medicina de precisión. El ámbito de la Reproducción Asistida no iba a ser una excepción. Cada vez se desarrollan más pruebas que permiten diagnósticos y tratamientos personalizados. Estas pruebas permiten resolver antiguos interrogantes en la evaluación de parejas con problemas de fertilidad y llegar antes al feliz desenlace de una paciente embarazada. El test de receptividad endometrial (ERA) así como los tests que estudian la composición bacteriana del endometrio son dos grandes ejemplos de pruebas punteras que permiten explicar un porcentaje relevante de fallos de implantación en los tratamientos de reproducción.
En el episodio número 12 del podcast de Red Infértiles, el Profesor Carlos Simón, catedrático en ginecología y obstetricia y director del Consejo Asesor Científico de Igenomix nos aclara que estudian estos tests. Para ello, describe en profundidad los dos aspectos que hemos comentado de receptividad y composición bacteriana del endometrio.
Si quieres conocer de viva voz de todo un experto en la materia como afecta el estado del endometrio a la fertilidad femenina puedes escuchar el episodio aquí.
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Fallo de implantación