Los fallos de implantación recurrente son una de las situaciones más frustrantes y dolorosas para las parejas que se someten a tratamientos de fecundación in vitro (FIV). El Dr. Claudio Álvarez, Director médico y Ginecólogo especialista en Medicina Reproductiva de URE Centro Gutenberg va a ayudarnos a resolver todas nuestras dudas en el vídeo que podrás ver al final del artículo.
Cuando, después de una transferencia de dos blastocistos de buena calidad morfológica en una mujer menor de 38 años, no se logra una implantación embrionaria, hablamos de fallos de implantación. Es importante no confundir esta situación con un fallo general del tratamiento de FIV, en el cual puede haber factores más evidentes como la mala calidad embrionaria, la edad de la pareja, la edad de la mujer, etc.
Para abordar los fallos de implantación, los especialistas dividen la investigación en dos enfoques principales: el estudio del embrión y el estudio del útero.
- Estudio del embrión
El primer paso en la evaluación es realizar pruebas que analicen el estado genético de los embriones. En este sentido, uno de los estudios clave es el cariotipo de ambos miembros de la pareja. Esta prueba genética puede revelar alteraciones de un 5% de problemas del embrión. Sin embargo, la mayoría de los problemas embrionarios no pueden ser detectados solo con el cariotipo, por lo que el uso del Diagnóstico Genético Preimplantacional (PGT-A) puede ser de gran ayuda. Esta técnica permite identificar embriones con alteraciones cromosómicas que podrían estar impidiendo la implantación o provocando pérdidas gestacionales.
- Estudio del útero
Desde el punto de vista uterino, se deben realizar una serie de pruebas para descartar problemas anatómicos que puedan estar afectando la implantación del embrión. Entre las pruebas más comunes se incluyen:
- Ecografía 3D: Proporciona una imagen detallada del útero, permitiendo detectar anomalías como pólipos, miomas o adherencias.
- Histeroscopia diagnóstica: Un procedimiento que permite observar directamente el interior del útero para identificar posibles problemas anatómicos o la presencia de endometritis.
- Estudios endocrinos y otras causas
Además de los estudios del embrión y del útero, es esencial descartar problemas endocrinos que puedan estar influyendo en la capacidad de implantación. Algunas de las principales causas endocrinas que se investigan incluyen:
- Diabetes no controlada
- Problemas de tiroides
También se consideran factores inmunológicos que puedan estar interfiriendo en el proceso, así como aspectos relacionados con el estilo de vida. Se recomienda la modificación de hábitos como la reducción de peso en casos de obesidad, y la eliminación de hábitos tóxicos como el consumo de tabaco, alcohol o drogas. Además, es importante descartar problemas de trombofilia, que afectan la coagulación de la sangre y pueden estar relacionados con los fallos de implantación.
En resumen, los fallos de implantación recurrentes requieren un enfoque integral que considere tanto el estado del embrión como el del útero, además de otros factores médicos y de estilo de vida.
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