La implantación embrionaria, también conocida como “anidación”, es un momento clave en cualquier embarazo ya sea por FIV o espontáneo. Se trata de la etapa clave en la que el embrión se adhiere al revestimiento del útero, el endometrio, y comienza a invadir el tejido endometrial, fusionándose con lo que será su hogar y sustento durante los siguientes meses de desarrollo. Esta fase resulta crítica y sigue siendo hoy en día una de las más complejas y desconocidas.
Cuando fracasa en repetidas ocasiones la implantación embrionaria, a pesar de que aparentemente todas las condiciones son favorables, la paciente se diagnostica con el denominado fallo de implantación. Ya os hablamos en un episodio anterior del podcast de la Asociación Red Nacional de Infértiles acerca de este y su relación con el factor endometrial.
Ahora, en el episodio número 20, se aborda el tema desde una perspectiva más genérica y considerándose el papel del sistema inmune. El invitado es el Dr. Enrique Esteve, médico experto en inmunología reproductiva y divulgador científico en redes sociales, quien conversa con nuestra presentadora Xusa Sanz.
¿Qué se considera fallo de implantación? ¿y cuáles son las principales causas?
Según el consenso médico, se define como fallo de implantación a la transferencia embrionaria de 3 o más blastocistos de buena calidad con beta negativa, es decir, cuando de forma repetida no se logra el embarazo por fracaso en el momento de implantación, a pesar de que el útero esté preparado y el embrión sea de calidad.
¿Por qué se produce el fallo de implantación? Principales causas y otras más infrecuentes
Entre las principales causas de los abortos preembrionarios o del fallo de implantación se encuentran los factores cromosómicos. Es por este motivo que se suele llevar a cabo un diagnóstico genético preimplantacional (DGP) para comprobar que el número de cromosomas es correcto y que estos no son muy inestables. La prueba es una solución que permite examinar que el embrión sea de buena calidad a nivel genético, así se descarta que la causa del fallo sea embrionaria.
El lecho de implantación, el endometrio, también debería estar en las condiciones perfectas, se debe revisar la historia clínica de la paciente para determinar si son necesarias pruebas que realicen un estudio en mayor profundidad.
En este punto, el Dr. Enrique Esteve destaca que a veces la anamnesis de las pacientes no es muy acurada, es decir, se estudia de forma subóptima el endometrio y no se contemplan problemas como las infecciones urinarias de repetición o de malabsorción que pueda condicionar una disbiosis. Es por esto, que resulta interesante analizar la microbiota del endometrio. Con un simple cultivo convencional, por ejemplo, es posible detectar algún patógeno que este causando una inflamación crónica, una endometritis y eso provoque el fallo de implantación.
Otras causas más infrecuentes en la población en general serían de tipo hormonal, inmunológico o inflamatorio.
“Es una miscelánea, hay que tener muy claro que es un diálogo entre el embrión y la mujer que lo está recibiendo. El embrión lleva una carga genética externa, que es ajena por venir del padre y aquí también la mujer tiene que aceptarlo como propio. El endometrio y el sistema inmune de la paciente tiene que reconocerlo para dejarlo desarrollarse.” explica el experto en inmunología.
En su conversación, Xusa Sanz y el Dr. Enrique Esteve también destacan el papel que puede jugar el estrés. Es normal tener un cierto grado endógeno de estrés por someterse a las pruebas y tratamientos, los tiempos de espera… Lo importante es no culpabilizarse por el estrés que se pueda sentir y tratar de descansar lo máximo posible. Dormir bien tiene múltiples beneficios como favorecer una menor inflamación y limpieza de radicales libres.
El factor inmunológico en el fallo de implantación
La inmunología es verdaderamente importante en este tipo de infertilidad. Como comenta el Dr. Esteve, embrión y endometrio deben reconocerse. En caso de ocurrir lo contrario, es decir, producirse un rechazo, la reacción inflamatoria que se genera se conoce como aloinmunidad (puede suceder también en trasplantes).
La carga genética ajena, procedente del padre, despierta la parte innata del sistema inmune, da la señal de alarma de que hay algo “externo o extraño” y un tipo de células de ataque indiferencias, las denominadas Natural Killer se activan y atacan estructuras embrionarias.
El embrión puede activar otras células inmunológicas y frenar esta respuesta defensiva, pero si no lo logra, es cuando se produce el fallo de implantación.
Soluciones para el fallo de implantación ¿Qué opciones tienen las pacientes?
Las opciones de cada paciente se ven influidas por la clínica a la que acuda o el área geográfica en la que se encuentre, a nivel de salud pública variarán los criterios de acceso a la reproducción asistida.
Una de las posibles soluciones es el tratamiento con heparina. Hay evidencias científicas sólidas de que la heparina puede favorecer la implantación del embrión. Su uso es seguro en el embarazo, pero debe tener un control. En concreto, el fármaco está indicado cuando hay factores maternos de riesgo como riesgos de trombofilias o para favorecer el desarrollo de los vasos sanguíneos embrionarios.
El experto nos recuerda que, a la hora de encontrar soluciones, la medicina no es una ciencia exacta sino muy dinámica al igual que los factores de tipo hormonal e inmunológico.
Es difícil hacer un cribado completo y tener todo controlado, normalmente siempre es posible dar un paso más en el escalado diagnóstico y buscar causas más infrecuentes o rarezas.
Por este motivo, sufrir repetidos fallos de implantación puede ser muy duro a nivel mental dada la posibilidad de un recorrido largo en la búsqueda de la causa subyacente. Lo importante una vez más es tener un estilo de vida saludable, escuchar y confiar en los profesionales.
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