El tabú de la salud sexual y emocional
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El tabú de la salud sexual y emocional

La decisión de tener hijos es un proyecto de vida que una persona o una pareja decide tener. Si este va de la mano de complicaciones, acaba teniendo un impacto en el día a día de la relación.

Hablar de nuestra vida en pareja o de nuestra vida sexual puede resultar difícil, por lo que muchas dudas y problemas que se presentan en este ámbito, y más las relacionadas con la fertilidad, se quedan escondidas en lo más íntimo y se puede convertir en un problema mayor al ser ocultado.

En el nuevo episodio del podcast, nuestra presentadora Xusa Sanz y Laura Cámara, enfermera, sexóloga y experta en salud sexual y reproductiva, van a hablar de un tema que toca una parte sensible de muchas parejas: la infertilidad y cómo esta afecta a la vida sexual y emocional.

¿Qué dificultades puede encontrar una pareja para tener relaciones sexuales satisfactorias durante el período de intentar quedarse embarazados?

“No somos conscientes de que la infertilidad también impacta en nuestra intimidad y la vida sexual de pareja”, comienza contando Laura Cámara. “Muchas veces, si tienes el objetivo de quedarte embarazada, toda la energía va dedicada a mantener relaciones justo ahora que es cuando estoy ovulando”, continúa.

“Para mí hay tres factores fundamentales que debemos tener en cuenta: un factor hormonal, la propia relación de pareja y la sexualidad. El factor hormonal puede provocar unos altibajos importantes. Esto va de la mano de nuestro estado de ánimo, nuestra estabilidad emocional y el deseo sexual. Las hormonas no son lo único que nos mueve, evidentemente, pero son una parte importante del puzzle”, añade.

Es muy importante que la pareja trabaje en consolidar aspectos fundamentales como es la comunicación, cómo manejar las expectativas o cómo es su relación en el día a día. “El sexo es recreativo, algo que hacemos por placer donde nos lo pasamos bien. El problema llega cuando tengo que tener sexo porque es el momento del mes adecuado, porque lo queremos intentar y eso sí o sí implica tener relaciones. Ahí se pasa de un sexo por placer a uno por obligación. En estos casos el placer se queda en un segundo plano y se puede llegar a convertir en un problema que afecte a la vida sexual de la pareja”, destaca.

¿Qué recomendaciones nos da la experta para que las parejas puedan hablar más de sus preocupaciones sexuales mientras están sometiéndose a tratamientos de reproducción asistida?

“Personalmente, a mi me gusta hacer un símil con salir a pasear. Nosotros podemos salir a la calle porque tenemos que hacer un recado y tenemos que ir rápido porque tenemos un tiempo limitado o podemos salir a la calle porque realmente vamos a dar un paseo, vamos sin rumbo y tenemos claro que vamos a echar un rato simplemente por el hecho de pasear. Esto es algo que tienen que trabajar las parejas depende del momento en el que se encuentren dentro del proceso de vivir la infertilidad”, explica.

A la hora de conseguir el embarazo, es obvio que se necesitan tener relaciones sexuales. “Desde el consejo sexológico, siempre digo que la penetración es un hecho importante, pero se tiene que adornar esto con todo lo demás que no se debe perder. No se puede enfocar la sexualidad únicamente a tener un coito, en este caso un coito reproductor, hay que cuidar todo lo que tiene que ver con la sexualidad en general”, afirma.

“Es fundamental reforzar la comunicación de la pareja y esforzarse por tener relaciones sexuales variadas que no incluyan ese coito como único comportamiento porque si solo tenemos esa sexualidad, nos estaremos perdiendo todo lo que es la variabilidad de conductas que pueden ser muy placenteras”, aconseja.

Además, hay que ser conscientes de la diferencia entre trabajar la sexualidad y la intimidad de la pareja. La intimidad de pareja es aquello que nos diferencia de ser dos que de repente pagan la luz a medias, es decir, con nuestra pareja tenemos ciertas conductas internas como pueden ser contarnos cosas privadas, vernos desnudos, ducharnos en presencia del otro, etc. Todo esto que no tiene que ver con el sexo, pero que es muy importante para la pareja. “En las parejas hay que hacer un esfuerzo para consolidar una intimidad, que funcione bien y sin exigencias. La pareja necesita ver cómo va a llevar este momento de la vida donde el sexo a lo mejor está siendo un poco difícil”, destaca.

¿Y cómo cuidar de la salud sexual y emocional?

“La clave de una sexualidad placentera es no centralizar el sexo en el coito cuando realmente no hace falta. Hay que tener días en los que el coito no marque el ritmo porque sino las relaciones se vuelven monótonas y se pierde de vista el placer en un sentido amplio. La vida sexual tiene que tener el objetivo de la diversión y el placer. Esto es algo que deberíamos tener siempre en cuenta. La vida sexual es muchísimo más larga que realmente la oportunidad reproductiva”, recomienda.

“Hay estudios que demuestran que cuanto mejor es el tiempo de ocio de una pareja, más y mejores relaciones sexuales tienen. Hay que buscar tiempo de ocio, tiempo de autocuidado e incluso tiempo que sea para compartir los dos y, por supuesto, trabajar el tema de la intimidad, la comunicación, ver qué necesitamos, qué nos apetece y qué no… No hay que dejar de lado la salud sexual y emocional”, concluye.

Puedes leer y escuchar nuestro episodio anterior sobre la Menopausia precoz y su impacto en la fertilidad aquí.

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