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Asociación Red Nacional de Infértiles

La infertilidad también llamó a mi puerta

Mi nombre es Marta y actualmente tengo 34 años. Decidí ser madre con 26 y aunque intuía que me costaría un poco, jamás pensé que transitaría durante 7 años el camino de la infertilidad.

En 2013, cuando decidimos que era el momento para tener un bebé, visité a mi ginecóloga y dejé de tomar las anticonceptivas. Tengo ovarios poliquísticos y mis ciclos eran muy irregulares y muy largos. Después de llevar casi 1 año de relaciones y sin lograr embarazo acudí de nuevo a verla. Empezaron las pruebas, analíticas a ambos, histerosalpingografía para mí, seminograma para mi pareja y nos manda tomar antioxidantes.

Al cabo de un tiempo de estar tomando antioxidantes y no lograr embarazo, mi doctora nos recomendó ponernos en lista de espera de reproducción en la Seguridad Social y, mientras tanto, probaríamos a estimular mis ovarios con unas pastillas, controlar la temperatura cada día y relaciones en los picos de la misma.

Para no extenderme mucho, resumiré nuestra historia, podéis leerla con más detalle en las redes sociales.

Para situarnos en el tiempo, en enero de 2015 me pongo en lista de espera en la SS. Solo tardan 6 meses en darme la primera cita en el hospital que me pertenece. Nos repiten analíticas y seminograma y finalmente nos derivan a otro hospital para ir a FIV (Fecundación In Vitro).
La cita fue en noviembre de ese mismo año y ahí nos mandaron a urología para repetir varias veces los seminogramas y REM, estuvimos casi un año para que finalmente nos programaran la FIV.

Septiembre de 2016, empezamos la que creíamos sería nuestra primera y única FIV, que inocentes éramos cuando comenzamos con todo esto… pues pensábamos que una FIV era embarazo seguro, ¡Qué ilusos!

Muy buen resultado en la punción, 19 ovocitos, pero tan solo conseguimos 1 embrión de día 3 que nos dio una beta negativa.

Primer batacazo de los muchos que vendrían después.

Marzo de 2017, segunda FIV, muy buen resultado también en la punción, 21 ovocitos, con la diferencia de que esta vez, sí conseguimos 8 blastos de buena calidad, según ellos, claro, yo nunca recibí un papel donde pusiera la calidad que tenían.

Vinieron 2 transfer negativas, la 3a nos dio el primer positivo de nuestra vida. Ese positivo duró solo hasta la eco, cuando vieron que no pintaba nada bien y finalmente me diagnosticaron un aborto diferido. Me mandaron para casa con una bolsita llena de pastillas para introducirme yo solita en mi casa y así expulsarlo, o no ?‍♀️ y otras tantas para el dolor.

No sé como lo harán en otros hospitales pero en el que estaba yo, me hicieron un tacto y después de eso, te dan una hoja donde pone cada cuantas horas ponerte las pastillas y cuando acudir a la revisión en función del efecto que te hayan causado las pastillas. Te atienden en la misma planta donde están las que van a dar a luz, la sala de espera, donde esperan los familiares de las parturientas, mientras ellos lloran de felicidad, tú lloras de dolor.

Después del aborto empecé a buscar información por internet, así fue como di con la asociación para pacientes Red Infértiles. Creé un perfil anónimo en las redes para contar mi historia y buscar apoyo en otras que como yo, estaban pasando por la misma situación, empecé a tocar a la puerta de varios médicos y hacerme mil pruebas.

A cada nuevo descubrimiento de algo que salía mal en las pruebas que me hacía, me ponían tratamiento y seguíamos con las transfer, vinieron 2 transfer más negativas y se agotaron los embriones de la segunda FIV.

Antes de intentar la ultima FIV que nos quedaba en la Seguridad Social, decidimos ir a una clínica privada a pedir otra opinión.

Bendito el momento en que fuimos, ¡Cuánto tiempo perdido! Pensamos.

Era noviembre de 2018 y, cuando salimos de la clínica ya nos fuimos con una hoja de ruta y presupuesto en mano. En el aeropuerto, de vuelta a casa, decidimos que lo íbamos a apostar todo con ese equipo y olvidarnos de la Seguridad Social, necesitábamos un cambio. En la Seguridad Social no podían, por protocolos, darnos lo que necesitábamos.

En marzo de 2019 empezó nuestra andadura en la clínica privada, hice una FIV con DGP. En abril me operaron el útero por histeroscopia para quitar fibrosis y darle forma al útero ya que estaba abombado por todos lados y finalmente a los 3 meses post cirugía fui a transfer. El 31 de julio de 2019 me pusieron 1 blasto de 5 días, ese blasto hoy se llama Carla y acaba de cumplir 14 meses. 14 meses de pura felicidad.

Quiero deciros que si no estáis a gusto en vuestra clínica, si habéis perdido la confianza, si no tenéis feeling con vuestro médico, no tengáis miedo a cambiar, ir a pedir todas las opiniones que necesitéis hasta dar con el profesional que os transmita confianza. El tiempo en nuestro caso es oro y no podemos perderlo.

Si necesitas parar un tiempo, también está bien, permítete descansar, respirar hondo, cuidarte y mimarte para coger fuerzas, si por el contrario, has decidido desistir, te mando el abrazo más cariñoso que se pueda dar, esa opción también es totalmente válida.

En cualquier caso, si necesitas a alguien con quien hablar, que te escuche y no te juzgue, puedes encontrarme en las redes como @petita_papallonafiv , te escucho, te entiendo y te apoyo. Juntas somos más fuertes.

Juntas somos tribu, juntas somos RED.

Te abrazo fuerte guerrera

Marta
@petita_papallonafiv