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Asociación Red Nacional de Infértiles

Historias con alma en reproducción asistida. La historia de Sara

Hoy, en nuestro historias con alma en reproducción asistida os presentamos a Sara. Esta es su historia.
Toda mi vida he sabido que quería ser madre, para mí era algo indispensable, siempre me han gustado los niños, tanto que decidí dedicar toda mi vida a educarlos y cuidar de ellos, soy maestra de educación infantil, vivo rodeada de niños de 0 a 3 años, y desde los 18 años me he estado formando para ellos y paralelamente para ser madre.
Tengo cajas llenas de cosas que he ido comprando en todos estos años, pensando en algún día disfrutarlos con mi hijo.
Y en este momento de mi vida, cuando llevo casi 4 años luchando contra la infertilidad, empiezo a pensar que mi vida entera se desmorona.
 Con 30 años, en mayo de 2018 me quite el DIU, y empecé a preparar a mi cuerpo para buscar ese sueño. En agosto me casé y empezamos a buscar ese soñado hijo, ese hijo al que ya amábamos sin conocer, al que ya habíamos puesto nombre hace muchos años sin conocer.
 Los primeros meses fueron divertidos, la verdad que a día de hoy sé que éramos incultos en este ámbito y para nada sabíamos muchas cosas que por desgracia ahora sé.
 Empecé a preocuparme cuando hice un año sin DIU, y empecé a preocuparme más por la alimentación, más tarde los test de ovulación y finalmente decidimos hacer un seminograma a mi pareja, por tranquilizarnos. El seminograma salió mal (lo único bien era la morfología). Con él que fuimos al médico, la doctora de mi marido no le dio mucha importancia pero le mandó al urólogo, para que él valorara, nos dijo que a reproducción asistida no nos podía mandar hasta llevar 1 año de búsqueda, mi médico dijo lo mismo.
 Cuando cumplimos el año de búsqueda decidimos hablar con mi médico y que me mandará a reproducción asistida, sobre todo viendo que el seminograma no estaba bien.
Para que me derivaran a reproducción asistida primero tuve que ir al ginecólogo (yo pedí ir al ginecólogo cuando empecé a buscar, pero mi médico me dijo que no era necesario, que sólo tenía que tomar ácido fólico), en el ginecólogo lo vieron todo bien y me derivaron a reproducción, nos hicieron las pruebas pertinentes paralelamente a mi pareja y a mi en ginecología y Urología y todo estaba bien, así que… Infertilidad por causa desconocida y nos dicen de hacer una Inseminación Artificial (IA), ya que todo estaba bien para IA.
 Nos hicieron 4 inseminaciones artificiales. Todas fueron negativas.
Cuando terminamos ya casi llevábamos 2 años sin usar anticonceptivos y nunca habíamos visto un positivo, 2 años en que la gente a nuestro alrededor se quedaban embarazados sin querer y usando anticonceptivos, en los que yo cuidaba de bebés pensando en que algún día tendría en mis brazos a mi propio bebé. Dos años de preguntarme ¿Por qué?
 Entonces empecé a ir al psicólogo.
 Nos derivaron a Fecundación In Vitro (FIV) a principios de 2020. Nos dijeron que 4 meses más o menos de espera pero llegó la pandemia y la vida se paró, pensamos que a lo mejor en este momento tranquilos en casa llegaría. Pero no.
 A finales del verano nos llamaron de la unidad de repro para la FIV, nos hicieron pruebas y todo estaba bien.
Hicimos la primera FIV, todo fue muy bien, me sacaron 11 folículos, fecundaron 8 y a día 3 había 6, nos dijeron que al ser la primera vez me iban a poner 1 embrioncito en día 3. Los demás intentaron que llegaran a blastocistos consiguiendo congelar 2.
 Primera transferencia. Negativa (los médicos dijeron que no nos preocupáramos que era normal, los embriones de día 3 son menos fiables que los de día 5)
 Segunda transferencia (blastocisto). Positivo leve (bioquímico, nuestro primer positivo, nos duró poco la alegría) nos dijeron que era raro que no hubiera agarrado pero no era preocupante.
 Tercera transferencia (blastocisto). Negativo. Ya no quedaba ninguno congelado. Nos dijeron que era raro, que quieren hacernos pruebas.  Repiten trombofilias, hacen cariotipos y una histeroscopia con biopsia. Salió todo bien menos una pequeña infección en el útero (minúscula).
 Después del verano todo estaba perfecto para hacer la segunda Fecundación In Vitro, así que empiezo la estimulación y algo va mal, no estoy reaccionando para nada como la última vez. Me dicen que estamos al límite para la punción y que sólo ven 4 que les pueden servir.
Me hundo. No puedo creer que de repente nos esté pasando esto, soy incapaz de trabajar así que pido a mi médico la baja. Llegamos a la punción con la esperanza de que aunque son pocos alguno sea nuestro campeón.
Después de la punción nos dicen que milagrosamente había 11, fue un milagro, no lo entendemos, pero que mi marido ha tenido una muestra malísima y nos tienen que hacer ICSI.
Tres días después tenemos cita para transferencia, nos llaman a la consulta y no nos dejan entrar, que esperemos que tienen que hablar con la embrióloga. Nos pusimos en lo peor, en ese pasillo esperando pensamos que no teníamos ningún embrión vivo… Milagrosamente era todo lo contrario. A día 3 había 8, 6 de ellos con muy buena pinta y querían proponernos esperar y hacer transferencia en día 5 (qué alivio). Les dijimos que sí, así que me transfirieron 1 de muy buena calidad y congelaron 5.
 Cuarta transferencia. Positiva (bioquímico más fuerte) nos dicen que valoran problemas genéticos o inmunológicos pero que en la Seguridad Social no tienen la posibilidad de hacer esas pruebas.
 Me hundo, no entiendo cómo ha pasado de decirnos que era raro que no lo hubiéramos conseguido a decirnos que creen que podemos tener problemas genéticos, creo que a lo mejor no querían ponernos nerviosos, pero nos hizo mucho daño ese cambio de discurso. Yo he cambiado, mi vida ha cambiado, no puedo ni volver a trabajar, todo me recuerda lo que yo a lo mejor nunca consigo.
Mantengo la baja pensando en recuperarme pero todavía no lo he hecho. He perdido la ilusión, estoy sin rumbo, no sé si cambiar de trabajo, todo me parece tan injusto…
 Decidimos hacernos pruebas por nuestra cuenta, y ¡¡¡sorpresa!!! Con una simple analítica descubrimos que tengo un sistema inmunológico agresivo al que le cuesta acoger al embrión.
Con estas pruebas busco el consejo de una inmunóloga y me manda más pruebas. ¡¡¡Sorpresa!!! Tengo muchas cosas mal!!!
Paso de tener una infertilidad por causa desconocida a una infertilidad inmunológica gracias a una analítica.
 Es duro asimilar todo lo que nos pasa, pero es más duro no tener explicación. Ahora tengo un tratamiento con el que puedo seguir luchando, estoy esperando que me baje la regla para empezar con los estrógenos.
 En breve tendremos una nueva oportunidad de encontrarnos con el amor de nuestra vida.
 INSISTIR, RESISTIR, PERSISTIR…
Sara.