Se estima que el factor masculino está implicado en un 30% de los casos de infertilidad. Clásicamente, la atención ha recaído sobre el factor femenino considerándose este más importante para conseguir el éxito reproductivo, pero en los últimos años se ha demostrado que esto no es cierto y se ha puesto de relieve la importancia de llevar a cabo más estudios que ahonden en las causas de infertilidad masculina.
Aunque se conoce el gran impacto que tiene la edad de la mujer en la capacidad reproductiva femenina, la literatura científica también apunta a que la edad del hombre puede tener un peso considerable como factor de infertilidad.
“Así como las mujeres nacen con un número determinado de óvulos que se van liberando y pierden calidad conforme pasa el tiempo, los hombres producen espermatozoides aproximadamente cada 64 días, sin embargo, la fertilidad de los varones también se puede ver comprometida con la edad” explica la Dra. María Luisa Lacárcel, directora médica de Reprofiv. A mayor edad los varones presentan menor testosterona, menor producción de espermatozoides y mayor fragmentación del ADN de los mismos.
Además los hábitos de vida, el tabaco, el alcohol, la comida prefabricada, las drogas, la cafeína, teína y la contaminación y el estrés no ayudan a mejorarlo.
Cada vez hay más estudios que apuntan a que los hombres están igualmente sujetos a un reloj biológico y sufren alteraciones en el proceso de espermatogénesis. Y este reloj biológico, aunque menos acusado que en mujeres, afecta a la calidad de sus espermatozoides ya que acumulan mutaciones en el ADN habiendo una mayor probabilidad de transmitir alteraciones genéticas o de aborto espontáneo. Además, los niveles de testosterona disminuyen con la edad provocando un descenso en el recuento espermático.
Factor de infertilidad espermático
La mayoría de los problemas de fertilidad masculina son debidos a alteraciones en los parámetros seminales. Para evaluar la calidad espermática del semen se recurre al denominado espermiograma o seminograma, que es un análisis básico que evalúa características como la concentración (número de espermatozoides por mililitro de semen), el pH seminal, además de la movilidad, vitalidad (porcentaje de gametos inmóviles vivos) y morfología de los espermatozoides. Todo esto, se determina tomándose como referencia los valores establecidos por la OMS en 2010.
Además se suele realizar un REM o recuento de espermatozoides móviles tras capacitar la muestra mediante un proceso determinado en el laboratorio que permite seleccionar los mejores espermatozoides y nos da una idea de la técnica de reproducción asistida a realziar en cada caso individual.
Los varones que presentan una ausencia total de espermatozoides en el semen o cuya concentración es muy baja -inferior a 15 millones por mililitro- se dice que presentan azoospermia u oligospermia, respectivamente.
Por otro lado, se emplea el término teratozoospermia para referirse a las muestras seminales con un importante porcentaje de espermatozoides de morfología anormal. Y si más del 45% de espermatozoides presentes en el eyaculado están muertos, se define como necrospermia. Del mismo modo, astenozoospermia es el término científico que describe muestras con espermatozoides móviles en baja o nula cantidad.
Por todo lo descrito anteriormente, vemos que puede haber muchas anomalías distintas que afectan a la calidad del semen, gran parte de ellas sin causa demostrable, aunque en otros casos la causa sí puede estar bien definida.
Es importante tener en cuenta que, el espermiograma, también permite estudiar la presencia de anticuerpos anti-espermatozoides o de leucocitos, siendo la presencia de estos glóbulos blancos indicativa de infecciones.
Factor de infertilidad postesticular
En algunos casos la azoospermia es debida a una obstrucción en los conductos seminales.
Los espermatozoides se producen correctamente, pero una alteración en la vía seminal impide su expulsión en el eyaculado. En este mismo principio se basa la vasectomía al bloquear los conductos deferentes.
La inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI) es una alternativa que solventa los problemas de fertilidad relacionados con la azoospermia obstructiva y también en pacientes vasectomizados que hayan cambiado de parecer o pacientes con algunas anomalías espermáticas previamente descritas, ya que se requiere exclusivamente de un único espermatozoide normal. Para llevar a cabo este procedimiento se recuperan espermatozoides o espermátidas en fase avanzada por medio de una biopsia testicular o aspiración del epidídimo.
Dentro del factor postesticular podemos incluir también las alteraciones eyaculatorias. Puede darse el caso de varones que no lleguen a expulsar nada de semen (aneyaculación), lo cual es habitual en pacientes con lesiones medulares, varones que sufren de eyaculación precoz o de eyaculación retrógada. Esto último es la expulsión del semen a la vejiga durante la eyaculación y se ha visto relacionado con la diabetes.
Factor de infertilidad ambiental o endocrino
Como en el caso femenino, los hábitos saludables y el estilo de vida tienen un importante peso en la fertilidad. Se ha demostrado que altos niveles de estrés, la obesidad, un consumo excesivo de alcohol, tabaco o marihuana, afectan a la secreción de testosterona, reduciendo sus niveles.
“El hipogonadismo secundario, causado por una reducción en los niveles de gonadotropinas, muchas veces deriva de altos niveles de estrés emocional, del consumo de ciertos medicamentos o de sufrir sobrepeso. Las personas que padecen de este problema hormonal ven comprometida su producción espermática. Se para el eje hipotálamo hipofisario gonadal debido al estrés excesivo, debido al ejercicio muy intenso, al uso de determinados fármacos o al peso excesivo o muy bajo y al frenarse este eje dejan de producirse gonadotropinas (FSH y LH) que son las hormonas que actúan directamente a nivel testicular y se frena la espermatogénesis y la producción de hormonas masculinas» explica la Dra. Lacárcel.
Factores medioambientales como la exposición a tóxicos o un incremento de la temperatura testicular por motivos tan simples como llevar unos pantalones demasiado ajustados, practicar deportes como el ciclismo con regularidad o trabajar en entornos calurosos como cocinas o en ciertas fábricas como las metalúrgicas, pueden repercutir negativamente en la espermatogénesis.
Factor de infertilidad idiopático o de origen desconocido
En algunas ocasiones los motivos de infertilidad en el hombre son por causas que se desconocen. Aún son necesarias más pruebas que permitan diagnosticar y tratar este porcentaje de origen desconocido.
Las evidencias para explicar estos casos idiopáticos apuntan a factores genéticos. Una de las limitaciones del seminograma es que no examina ningún aspecto a nivel molecular ni fisiológico. El estrés oxidativo, la fragmentación del ADN, o las aneuploidías espermáticas pueden producir infertilidad o embriones aneuploides y no son parámetros que se evalúen de manera rutinaria. No debemos olvidarnos de que estos factores genéticos pueden relacionarse con fallos de implantación, abortos recurrentes o incluso imposibilidad de fecundar el óvulo.
“Además de chequear la salud de la madre, una de las indicaciones en casos de seminogramas alterados o de abortos espontáneos de origen desconocido, es analizar el material genético del esperma.” añade la Dra. María Luisa Lacárcel
Existen dos técnicas que se emplean para estudiar más profundamente los espermatozoides.
Por un lado el test de fragmentación del ADN espermático que permite ver si la cadena sencilla o la cadena doble de ADN del espermatozoide están rotas o íntegras en un porcentaje normal o no. En caso de que estas cadenas estén rotas en un porcentaje superior al normal existen tratamientos con antioxidantes, cúrcuma, corrección de hábitos tóxicos y filtros seminales que pueden ayudar por un lado a bajar la rotura de ambas cadenas y por otro a seleccionar espermatozoides mejores que por tanto ayuden a la fecundación, implantación y consecución de un embarazo a término.
Otro estudio que se emplea en varones con seminogramas muy alterados, abortos de repetición o fallos de implantación sería el FISH que analiza si los espermatozoides tienen un número de cromosomas adecuado o no y puede hacer el estudio en 5,7 o 9 cromosomas que son los más comunmente afectados.
Si quieres leer el post anterior, puedes leerlo en: Los factores de infertilidad más frecuentes en la mujer