Cuando hablamos de infertilidad, tanto en hombres como en mujeres, debemos tener claro que se trata de una enfermedad provocada por diferentes factores, no siempre podemos achacar el problema a una sola causa. Un déficit en vitamina D, por ejemplo, puede ser el detonante o un agravante en un problema reproductivo.
Los hombres poseen receptores de vitamina D en las células germinales, en las células de Leydig, en el epidídimo, en la próstata, en las vesículas seminales y en los espermatozoides maduros. La mujer, por su parte, también tiene receptores de esta vitamina en los ovocitos y en las células de la granulosa y la teca. Por tanto, un déficit en vitamina D puede llevarnos a una situación de fertilidad subóptima, es decir, la deficiencia no causa el problema, pero su regulación ayuda a que el problema mejore.
Además, la falta de vitamina D también se ha relacionado con diferentes complicaciones durante la gestación, como puede ser el desarrollo de hipertensión gestacional, o el aumento del riesgo de preeclampsia.
En relación a los fetos, su déficit también se relaciona con el bajo peso al nacer o la alteración en el desarrollo óseo fetal.
Propensión al déficit en Vitamina D
Algunas mujeres tienen mayor riesgo de tener unos niveles de vitamina D bajos, como es el caso de las mujeres obesas, las que tienen factores de riesgo de preeclampsia, las que están poco expuestas al sol o las que han sido sometidas a cirugías gastrointestinales que limiten la absorción.
“En los casos en los que hay propensión a un déficit en la vitamina D, la suplementación diaria de las embarazadas es segura durante el embarazo, siendo preferible el colecalciferol (vitamina D3) al ergocalciferol (vitamina D2)”, señala el Dr Luis Gómez Palomares.
La dosis que recomiendan algunas sociedades médicas está entre 400 y 600 unidades diarias. El Dr Gómez Palomares advierte de que la mayoría de los polivitamínicos administrados en nuestro país a las gestantes sólo contienen 5 microgramos (200 unidades), lo que resulta insuficiente.
La falta de vitamina D, un problema generalizado
Desde que el ser humano cambió su trabajo en el campo por el trabajo en la oficina, los niveles de vitamina D han ido en descenso en la población mundial. Incluso en las ciudades más soleadas del mundo, como es el caso de muchas españolas, los ginecólogos encuentran pacientes con déficit en la batería de pruebas de los pacientes infértiles.
Esta menor exposición al sol diaria, sumada al período de confinamientos intermitentes que hemos tenido en el último año y unos hábitos alimenticios menos saludables, han hecho que la falta de esta vitamina sea bastante común en la población.
Ahora que ha llegado la época estival y que hemos dejado atrás el confinamiento, debemos aprovechar el sol (aunque siempre con protección) y recargarnos de vitamina D. Nuestro cuerpo y nuestra fertilidad, lo agradecerá.