¿Y por qué estamos aquí?
El otro día me hacía esta pregunta una amiga.
Me decía: Helena, pero ¿por qué pones tanta energía en la asociación? ¿por qué inviertes un tiempo que no tienes en ella? ¿Por qué no lo dejas y cierras página definitivamente? Tú ya has conseguido tu sueño. Has dejado atrás la infertilidad. Vívelo y disfrútalo. Olvídate de todo lo demás.
Me eché a reír.
Me hizo mucha gracia que pensara que no podía disfrutar de mi nueva vida, de mi hijo, si seguía al pie del cañón ayudando a otras parejas que todavía están en el camino luchando con la infertilidad.
Supongo que es difícil de entender…
Yo siempre digo que cuando sufres de infertilidad y te cuesta muchos años conseguir a tu hijo, cuando mes tras mes te has ido desgastando emocional y físicamente, y de repente un día, por fin lo consigues, quedas embarazada y tienes a tu bebé pueden pasar dos cosas:
- la más normal y habitual: cierras puertas. Necesitas curar heridas, cicatrizar todo ese sufrimiento que ha hecho mella en ti, que ha puesto tu vida patas arriba. Necesitas reorganizarte y reubicarte. Y la única vía que encuentras es cerrar puertas. Suele ser poco a poco, de una manera lenta vas dejando de participar en los foros de infertilidad en los que antes hablabas con otras personas en tu misma situación, dejas de compartir tu vida con ellas, dejas de interesarte por sus avances o retrocesos…hasta que llega el día que desapareces por completo. Y aunque creo que todo el camino vivido no se olvida, sí que se deja atrás. Necesitas dejarlo atrás para continuar con tu vida.
- Lo raro, raro, raro: que quieras seguir ahí, que no puedas abandonar a todas esas parejas que siguen batallando y siguen dejando toda su fuerza y energía mientras luchan por tener un bebé. Y eso es lo que nos pasó a nosotras. Lo hemos conseguido. Sí. Pero no podemos olvidar a todas las personas que vienen por detrás.
En mi caso, sentí tanta soledad y tanta incomprensión durante mi lucha que solo imaginar que alguien más tenga que pasar por eso me revuelve las tripas.
Y ese fue el motivo inicial por el que creamos la asociación. Para acompañar y tender una mano a todas las mujeres/hombres con infertilidad que lo necesiten.
Pero decidimos ir más allá. Porque nuestro sueño es que en el futuro la infertilidad sea entendida, aceptada, comprendida…
Que se olviden los “relájate”, “la naturaleza es sabia”, “ pues adopta” y un millón de frases hechas que se dicen y que atraviesan el corazón de las personas que las reciben.
También soñamos con el día en que las clínicas de reproducción asistida tengan dos propósitos y objetivos. El primero, evidentemente, conseguir el 100% de embarazos a término. El segundo, conseguirlo mientras cuidan emocionalmente de sus pacientes.
Y para conseguir eso hay un trabajazo impresionante por delante.
Y por eso no abandono. Por eso no abandonamos.
Porque esas mujeres/hombres que aún están por luchar no se lo merecen. No se merecen sufrir esa soledad e incomprensión.
Porque pienso en mi hijo y en el futuro. ¿Y si él tiene problemas de fertilidad? No quiero que sufra lo que hemos sufrido nosotros!!!
¿Y eso quiere decir que no disfruto plenamente de mi vida actual? No. Os lo aseguro. La saboreo toda, alucino con cada momento, disfruto con cada tontería. Simplemente he dejado de dormir tanto…
Aprovecho las siestas, y las horas previas a la madrugada para hablar, organizar, escribir y seguir creyendo en este proyecto que con tanto cariño y amor creamos.
Agotador? Mucho!!!!!
Gratificante? Mucho más!!!!
El otro día hablaba con Marian Cisterna y estábamos de acuerdo en una cosa. Necesitas mantener la herida abierta para poder seguir ahí.
Y es así, si consiguiéramos cerrarla del todo, creo que ya no podríamos vivirlo de la misma manera, tan…como si nos estuviera pasando a nosotras.
Pero se lo explicaba a mi amiga. es una herida que ya no quema. Está ahí, pero no duele. Me recuerda lo que viví, lo que sentí y en lo que me convertí, pero de una forma tranquila, serena…
Esa herida, que no quiero cerrar porque la necesito abierta para poder ayudar, me recuerda que estoy en paz conmigo misma, que estoy en paz con la vida.
He aprendido a tener paciencia.
He aprendido a ponerme en la piel de los demás.
He aprendido a escuchar.
He aprendido a callar.
He aprendido a no juzgar.
He aprendido a abrazar con las palabras.
He aprendido a querer a personas que no conozco de nada.
He aprendido a quererme.
He aprendido a aceptarme.
Y lo mejor de todo…
He aprendido a confiar. En todo y en nada. Simplemente confiar.
¿Cerrar del todo la herida y olvidar todo lo aprendido? No, gracias!
Y por eso estamos aquí. De momento Laura, Fini, Belén, Mª Carmen y una servidora. En el futuro espero que muchas más de vosotras os unáis y nos ayudéis a seguir creciendo y a hacer este sueño realidad.
Helena.
Presidenta Asociación Red Nacional de Infértiles
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