Me gustaría contaros mi historia, porque yo también soy guerrera. Bueno, nuestra historia, porque considero que esto es cosa de dos (mi marido y yo), y comienza en pleno confinamiento.
En abril de 2020 me hice un test de embarazo y ¡nos salió positivo! Qué alegría mas grande, no nos lo esperábamos. Estábamos buscando pero no muy en serio, tan solo llevábamos un año de casados y fue como un torrente de felicidad inmenso.
Pero la alegría nos duro una semana. Empecé a sangrar y en urgencias me confirmaron que había sufrido un aborto bioquímico. No entendía nada, no sabía ni que eso podía pasar, así que llena de dolor me puse a a buscar información por Internet y vi que podía volver a buscar embarazo incluso antes de lo que los médicos me recomendaban.
Quizás mi impaciencia fuera un error enorme, no lo sé, os pido que no me juzguéis, pues no esperé a la siguiente regla.
Hice los deberes en mi día de ovulación y ¡sorpresa! volvía a estar embarazada.
En las primeras ecografías pude ver el saco, el botón embrionario e incluso se intuía latido. ¡Qué felicidad más grande sentí!
Cómo fue un embarazo muy pegado a un aborto, mi ginecóloga de la seguridad social (un ángel que me cayó del cielo) decidió hacerme ecografías cada dos semanas. En la semana 8 de embarazo, me dijo cuatro palabras que resuenan en mi cabeza como un martillo hidráulico: NO HAY latido.
Dios mío, se me vino el mundo encima. Pensé: otra vez no, por favor…
Me dio la opción de darme las pastillas Cytotec en ese mismo instante pero yo sentía que me tenía que despedir de mi pequeño Miguel Ángel, así que le pedí una semana mas y si no encontrábamos latido pues ya me ponía las pastillas.
La doctora me dijo que sin problema, que me entendía, así que puedo decir que en mi mente durante esa semana viví todo con mi pequeño. Le enseñé a andar, a hablar, le llevé al cole, le enseñé lo que es el respeto por las personas y la naturaleza etc…
Una semana más tarde ya estaba preparada para las pastillas. Yo sabía que no iba a haber latido y efectivamente no lo hubo, ¡por favor no penséis que estoy loca!
Gracias a esta maravillosa ginecóloga del hospital de Valdemoro (Madrid) me atendieron rápidamente en la unidad de medicina funcional y nos hicieron a mi marido y a mí varias pruebas. Todo salió bien así que en septiembre nos dijo el doctor que intentáramos ser papas de nuevo y en el caso de que lo consiguiéramos que pidiera cita con él urgente para mandarme de forma preventiva heparina y no volver a repetir un aborto bioquímico.
Pasó septiembre, octubre, noviembre y diciembre y mi regla venía puntualmente, ¡la muy maldita!
Pero en la regla de diciembre, después de 9 días sangrando como un cerdito, me dio por hacerme un test de embarazo porque yo sabía que eso no era normal y…positivo. Corriendo al hospital y otra vez la confirmación de que había tenido otro aborto bioquímico.
No me lo esperaba, me pilló desprevenida. Fue al día siguiente de los santos inocentes, por eso a esta estrellita nueva le he llamado Inocencia jeje.
El doctor de urgencias del hospital me recomendó visitar alguna clínica privada ya que en la seguridad social y con las listas de espera teníamos para mucho tiempo, y aunque solo tengo 32 años, estoy estudiando y trabajando y el embarazo ahora vendría en el mejor momento, ya que voy a dejar el trabajo para poder centrarme en estudiar solo.
Y aquí entráis vosotras, di por casualidad con vuestra web y me encanto vuestra labor y me hice asociada y luego me enteré que había descuentos, ¡¡¡¡¡y eso ya fue súper guay!!!!!
Ahora mismo os cuento que ya tenemos cita en una clínica de Reproducción Asistida y estamos esperando los resultados de las pruebas que nos han hecho por que realmente no sabemos de que vienen los abortos.
Seguramente necesitemos FIV con DGP y hasta aquí puedo contar, lo demás ya es un futuro incierto. Y sí, estoy cagada pero a la vez con ganas de, al menos intentarlo y quitarme la idea que tengo en la cabeza de Fracasada.
Un beso enorme para todas!!!
E.H.S
PD:
La foto os la mando con un atrezzo muy importante para mí (foto de portada del post).
La hoja con la foto de la montaña es de un lugar precioso donde estuvimos en nuestra luna de miel pero que me costó mucho subir, y eso me recuerda que lo bello se consigue con esfuerzo.
La tabla es la famosa frase de Tamara gorro pero a su vez esa tabla la partí de un puñetazo en una clase de defensa femenina y me recuerda que la constancia hace la fuerza.
Y el espejo me va a servir para mirarme casa día… y espero que vosotras me digáis a lo que me puede recordar 🙂