En los últimos años el estilo de vida y la alimentación han cobrado una gran importancia en la fertilidad, tanto masculina como femenina, ayudando a conseguir el éxito de los tratamientos de reproducción asistida. A día de hoy sabemos que una correcta alimentación es imprescindible en todas las etapas del ciclo vital, pero durante el embarazo y su búsqueda cobra un papel todavía más importante.
En esta etapa el trabajo en una consulta de nutrición se centrará en los siguientes puntos:
- Asegurar una correcta ingesta de nutrientes, tanto macronutrientes (proteínas, grasas e hidratos), como de micronutrientes (vitaminas y minerales). Es muy importante trabajar con un enfoque flexible y basado en la educación alimentaria, alejándonos de dietas estrictas y restrictivas.
La estructura ideal de un plato para la búsqueda de embarazo deberá estar compuesto por verduras, hidratos en su versión integral y proteínas de buena calidad nutricional. Respecto a las grasas, no se trata de eliminarlas, si no de priorizar alimentos ricos en grasas saludables (pescados azules, frutos secos, aguacate…) frente a otras opciones no tan recomendadas (ultraprocesados, aceites diferentes al de oliva virgen extra, mantequillas y margarinas…)
- Aumentar la calidad ovocitaria y espermática. Hay varios factores que influyen en la calidad de los gametos, siendo uno de ellos el estrés oxidativo y la inflamación, por lo que incorporar alimentos ricos en antioxidantes y omega-3 es imprescindible. Una forma fácil y práctica de incorporar alimentos antioxidantes sería introducir frutas y verduras en el día a día, variando los tipos y colores. Por otro lado, respecto al omega-3 podemos encontrarlo en nueces, semillas de lino y pescados azules, principalmente.
Además, existe una vitamina que es fundamental y cuyo déficit es muy habitual en nuestra población: la vitamina D. Esta vitamina tan importante para nuestra salud se sintetiza a partir de la exposición solar controlada, siendo muy difícil llegar a los requerimientos mediante la alimentación. Por lo que en la mayoría de casos tenemos que recurrir a una suplementación, pero para esto debemos contar siempre con una analítica previa y la dosis deberá ser pautada por un profesional cualificado.
- Preparar el cuerpo de la mujer para el embarazo, favoreciendo la implantación y disminuyendo el riesgo de complicaciones durante este. Una vez logrado el embarazo mantener los hábitos es primordial, adaptándolos a esta nueva etapa, ejerciendo un papel preventivo sobre las complicaciones más habituales, como la diabetes gestacional, la preeclampsia o el parto prematuro.
Los cambios que introduzcamos en el estilo de vida desde la consulta de nutrición deberán ser siempre individualizados a las características particulares de cada paciente, teniendo en cuenta patologías asociadas, alimentación actual, gestión del estrés, ejercicio físico realizado, descanso…
Sin embargo, de forma general recomendamos que estos cambios empiecen a realizarse con un mínimo de tres meses antes del tratamiento de reproducción asistida. De esta forma conseguiremos trabajar de forma correcta los tres puntos mencionados anteriormente, mejorar la adherencia a la pauta y abordar todas las problemáticas que puedan desarrollarse durante el proceso.
Es imprescindible que el estilo de vida se trabaje con los dos miembros de la pareja (si la hay), ya que recordemos que la fertilidad es una cuestión de dos, influyendo tanto el factor femenino como el masculino.
Por último, pero no por ello menos importante, recordar que el abordaje deberá ser pautado por un profesional cualificado y con formación específica en fertilidad y reproducción asistida.
Mireya Castiñeiras, dietista-nutricionista especializada en salud hormonal femenina y fertilidad
https://nutricionistamireyacastineiras.com/
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