Me llamo María y tengo 65 años. Soy viuda y no he podido tener hijos.
Hoy os traemos la historia de María, una señora de 65 años de edad que lamentablemente no ha podido tener hijos. Nos cuenta su historia con anhelo y tristeza pero también con la alegría de ver que ahora la gente lucha y no se rinde, y eso es lo que nos quiere transmitir, esa fuerza para seguir luchando, si las condiciones físicas, emocionales y económicas lo permiten.
María nos cuenta su historia con lágrimas en los ojos…
A pesar de que he sido feliz y he tenido un buen matrimonio, sigo sintiendo esa punzada en el corazón por no haber podido tener hijos, pero aún más porque ni siquiera pude intentarlo con la medicina.
Conocí a mi marido con 20 años, él era payés, un hombre de campo, rudo, bastante cerrado de mente pero muy atento y cariñoso, así que cuando hablábamos de casarnos y tener hijos, él siempre me decía que si la naturaleza no nos los daba, no los tendríamos, pero yo no le escuchaba. Por un lado pensaba que eso no nos iba a pasar a nosotros, éramos dos jóvenes fuertes y sanos, y por el otro, en caso de que sucediera, ya le haría cambiar de opinión.
Así que después de poco tiempo de noviazgo nos casamos y rápidamente nos pusimos a buscar un primogénito.
Mi hermana se había casado y en poco ya tenía dos niñas, así que en nada estaba yo también embarazada, solo teníamos que practicar.
Pero el tiempo pasaba, y el embarazo no llegaba, empecé a preocuparme y a preguntar a mi hermana, a leer a escondidas de Paco todo lo que hubiera sobre el tema e intentar informarme. Era un tema tabú en casa, ya que cuando alguna vez lo había sacado, él me decía que llegaría cuando fuera el momento, y zanjaba la conversación.
A los 5 años, yo estaba desesperada, aquello no era normal, y decidí ir al médico por mi cuenta. Me estuvieron explorando, me hicieron análisis y algunas pruebas y yo estaba bien. Me dijeron que el siguiente paso era estudiarlo a él. Tenía que llevarle una muestra de su semen.
Ya os podéis hacer una idea de lo que tuve que pasar, fue horrible.
Se cerraba en banda. Imaginaros 35 años atrás y con un hombre que apenas salía de sus campos, sus viñas y su entorno.
Me costó sangre sudor y lágrimas conseguir que fuera al médico para que lo examinaran y llevarles la prueba de semen, él decía que era una tontería porque estaba bien sano y fuerte, así que cuando nos dieron los resultados del espermiograma, fué unos de los peores días de nuestra vida.
Mi marido se hundió, y con él, mi ilusión de ser madre.
Pasó de estar hundido a cerrar el tema y no querer saber nada de tener hijos.
-«Si el destino no ha querido que seamos padres no lo seremos.»
Mientras tanto mi hermana se quedó embarazada de su tercera hija. Os podéis hacer una idea de cómo me sentía. Aunque quiero a mis sobrinas más que a mi vida, con cada embarazo era un látigo más que nos daba tanto a él como a mí, y fueron cuatro. Y no acaba aquí la cosa. Mi cuñado es el típico que para bromear no paraba de decirnos que si Paco no servía que lo arreglaba rápido, que él nos ayudaba y me dejaba preñada,etc, y sandeces como esa a miles y durante muchos años. Cada Navidad, y cada cumpleaños era un suplicio para nosotros. Por un lado deseaba ver a mi hermana y mis sobrinas, por el otro, era otro palo para él y a mi me mataba verlo tan mal.
El tiempo pasaba y poco a poco la situación se fue normalizando, aceptamos la situación, pudimos disfrutar de nuestra vida juntos, y de nuestras sobrinas al máximo, pero siempre me quedará el dolor de no haberlo intentado, de no conseguir convencerlo o hacer algo más.
He querido contar mi historia porque mi sobrina ha pasado por el camino de la infertilidad y por fin es mamá. Me habló de la asociación y no dudé ni un segundo en querer entrar y deciros, LUCHAR, si podéis, LUCHAR.
No os quedéis con la duda de si hubiera podido ser o no.
Mucha suerte a todas/os.
Muchas gracias María, gracias por compartir tu historia y darnos toda esa fuerza para seguir adelante.
La asociación Red Nacional de Infértiles se creó para dar apoyo a todas las personas que están en estos momentos luchando por tener un bebé. Cuando la palabra infertilidad se cruza en tu vida todo tu mundo se paraliza. Comienza una etapa de stand by en la que se necesita una mano que te sujete, unos brazos que te reconforten.
Además, nuestro objetivo es darle voz a la infertilidad. Que se conozca la enfermedad, lo que es, lo que se vive, lo que se sufre.
Si quieres unirte a nuestra lucha, ¡asóciate!